Saramago, el portugués que tanto nos dio a través de sus
letras, escribía sobre un utópico mundo realista donde una sociedad cansada de
su clase política se vuelca a las urnas votando en blanco –o anulando su voto–,
la novela inspira y calienta la cabeza, sobre todo, en tiempos electorales.
Terminando de leer la novela –editada en español por el
gigante Alfaguara– uno corre a tomar su smartphone para escribir sobre por qué
debemos unirnos y votar en blanco; videos en Youtube y miles de entradas en
blogs –alguna vez yo también intenté convencer a quienes me leen de anular el
voto– nos dan argumentos de sobra, estamos tan enardecidos que los argumentos
en contra de esta protesta nos hacen lo que el viento a Juárez –ya, por favor,
díganme de dónde viene esta frase–.
Todavía en algún Vive Latino fui de los que hicieron
“campaña” por anular el voto entre el Foro Sol y Café Tacvba.
¡Qué equivocado estaba!
Yo también tengo una clase política que no me representa, no
me identifico con ningún partido político y me arde que se gasten fortunas en
pendejadas que ni informan, ni nada conocidas como campañas.
Pero mi coraje ya no va contra la pinche boleta de papel con
los logos de los partidos políticos, va contra aquellos votantes “duros”, esa
bola de pendejos que votarían por “su” partido, así les pusieran excremento de
candidato, esos ciegos que “son” panistas, priistas, perredistas, morenos o, en
el peor de los casos, verdes…
Sí, ya sé que los diputetes y senadoretes votan por consigna
de su partido, pero ni así, caray.
Lo malo es que estos votantes “duros” –como su cabeza– son
los responsables de decidir cuánto dinero le toca a cada partido, lo peor es
que para esta ecuación se eliminan los votos nulos.
Un grave problema es que como sociedad pensamos que nuestra
responsabilidad democrática es hacer el enorme esfuerzo de levantarse un
domingo cada tres años para ir a las urnas a depositar nuestro voto. Sin
embargo, esto es lo mínimo que se debe hacer en una sociedad que, “de a devis”
se considere democrática.
¿Ya conoces las propuestas de tus candidatos a diputados
locales, federales y delegados o presidentes municipales?, ¿ya revisaste si tus
candidatos hicieron su #3de3?, ¿mínimo sabes sus nombres y de qué partido son?
Más que el presidente, los gobernadores, los presidentes
municipales o delegados, son los legisladores los que “nos representan”. Esta
bola de lacras cobra por representar a su distrito, según. Pero si en su
distrito de 10 mil personas, sólo 20 se quejan, protestan, ofrecen soluciones,
etc., está muy cabrón que los legisladores los tomen en serio por la sencilla
razón de que 20 vecinos no representan el sentir general de un distrito.
Obviamente un político profesional, no representa más que a su círculo que
suele ser la minoría más beneficiada del país.
¿Qué hacer?
Organizarnos.
Debemos crear comunidad, no esperar a que el gobierno la
genere por nosotros. Debemos empezar por conocer a nuestros vecinos, a ser
corteses, amables, a no dañar nuestra colonia, no ensuciarla. Debemos
respetarnos entre nosotros, así será más fácil llegar a consensos y exigir al
gobierno mejoras en nuestro entorno, pero mientras unos abogamos por más
ciclopistas, banquetas dignas, mejor transporte público y otros exigen más
carriles para los autos y mayores límites de velocidad, nos enfrascamos en una
discusión bizantina en la que los únicos ganones son los desgraciados
políticos.
Si te da “hueva”, “no tienes tiempo”, crees que “para eso
está el gobierno”. Te pido que no te quejes de las manifestaciones, del
tránsito, de la basura en la calle, de la corrupción, ya que tu omisión es
cómplice en la gran vida que se dan nuestra honorable clase política.
¡Ah! Y no, “tu rock no es votar” –¿recuerdan esa ñoñísima
campaña?–, tu “rock” es ser un ciudadano activo y participativo, es saber en
qué se gastan tus impuestos. ¿Sabías que cada dependencia gubernamental tiene
un portal de transparencia?, ¿sabías que hay (des)gobiernos que han pagado más
de 15 mil pesos por una memoria USB de 2 Gb?
Si anulas, si no votas, si votas por el que ganó o por el
que perdió, igual tienes derecho a exigir pero también tienes la obligación de
informarte. Mínimo, ¿no?
La cerVeza en el pastel
Por ahí leí que el vocero del PVEM aseguraba que la campaña "contra su partido" era por miedo. Obviamente él se refería a miedo a que el "Verde" tuviera un máximo histórico de votos en estas elecciones intermedias. Aunque le atinó en lo del miedo, la verdad es que nos da pánico que un partido que se ríe de las leyes y las instituciones sea uno de los responsables de legislar y gobernar en nuestro país. ¿Qué se puede esperar de un partido que se burla de las leyes a la hora de legislar?
Urge que le #QuitenElRegistroAlVerde
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