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lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Qué irrespetuosos!


Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó pongan un
comentario para darle su crédito).

La ceremonia del “Grito de Independencia” del pasado sábado fue una de las más emotivas y catárticas para mí. Un reducido grupo de alrededor de 20 personas a la cuales hace cinco meses no conocía y que actualmente considero mis hermanos, nos colamos minutos antes de que Felipe Calderón saliera a dar su último grito; entramos entonando el himno del #YoSoy132 y caminamos coreando consignas ya conocidas por todos, nos recibieron mentadas de madre, aplausos, abucheos y pulgares levantados. Ante las grises arengas del presidente contestábamos con un grito que salía del alma: “¡Sin PRI!” y después de las campanadas coreamos, hasta desgañitarnos la garganta “¡Fraude, fraude, fraude!”, no sé si se escuchó fuera de nuestro grupo, ni sé si Felipe nos vio, pero la lluvia que nos tenía completamente empapados, la gente que se unía a nuestros gritos y el hecho de estar con “ellos”, con mis hermanos me hizo sentir una energía y una esperanza en un mejor futuro.

Hoy, mientras leía las notas sobre lo acontecido, observé varios comentarios que hablaban sobre la “falta de respeto al país (¿?)” por parte de quienes gritamos, llevamos pancartas y, sobre todo, de quienes apuntaron con un láser a la cara del Señor Presidente (con mayúsculas para que no se ofendan).

En México, la democracia es un maquiavélico juego donde los únicos que tienen permitido jugarlo son los políticos; mientras en otros países existen cosas como el referéndum, la consulta y, lo más importante, la segunda vuelta en las elecciones, Calderón llegó al poder con menos del 1% de diferencia, para que años después, su archirrival, Andrés Manuel López Obrador, desdeñara una Reforma Política que incluía esta cláusula. En las elecciones de este año, tuvimos siete partidos registrados que contendieron por la presidencia, tres de “izquierda” (PRD, PT y MC) que iban con Obrador, dos de …mmm… (PRI y PVEM) que compitieron con el ganador Enrique Peña Nieto, uno conservador (PAN) con la machista Josefina y uno más “liberal” según la misma definición de su candidato Gabriel Quadri (Panal) que incurrieron en compra y coacción del voto, cuando menos.

Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó pongan un
comentario para darle su crédito).
Si viviéramos en una verdadera democracia, el presidente (representante del pueblo que lo “eligió”) debió haber invalidado las elecciones pues, cuando menos, PRD y PRI compraron votos, deslegitimizando esta elección, pero el señor Calderón se fue “por la fácil”, acató el resultado que, a parte, castigo duramente a su partido (por algo será) y le dio al traste a una democracia que aún no alcanzaba la mayoría de edad.

¿Le faltamos al respeto al presidente? Quizá sí y quizá esa era la idea de algunos de nosotros, pero, ¿le faltamos al respeto al país? Claro que no, Felipe le faltó el respeto a sus votantes, a su gente y a los mexicanos ya que durante seis años hay zonas del país donde la gente ha tenido que huir de sus hogares por miedo a los enfrentamientos entre el crimen organizado y los militares; el presidente le ha faltado al respeto más de 60 mil veces al referirse a los asesinados durante esta guerra como “daños colaterales” o “pequeños errores”; nos ha faltado al respeto al dejar impune a la familia de su esposa y a Horcasitas después de la tragedia en la guardería ABC; nos ha faltado al respeto a presentar, sin discreción alguna (mucho menos sin juicio) a muchos presuntos narcos que hoy sabemos, sólo el 33.3% recibe sentencia; El presidente nos ha faltado al respeto al decir que México tiene una economía fuerte cuando este sexenio el salario mínimo subió menos del 30% y el precio de la canasta básica creció más del 125%; nos ha faltado al respeto por cada periodista asesinado, por cada medio atacado, por cada comunicador amenazado…


Realmente me llena de coraje ver que hay gente que lo defiende, ideologías aparte, cuando el señor estuvo seis años viviendo del dinero que yo gano por trabajar y que jamás le haya hecho caso a las demandas del pueblo, jamás cumplió sus llamados al diálogo y si dicen que no respetamos al país por no respetar al presidente, pues lamento informarles que, para mí, los que no respetan ni quieren a su país son ustedes por permitir que gente como él haga lo que quiera y que además nosotros somos los que les pagamos, ¡eso sí es una falta de respeto!
"Violencia en Neza"
Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó
pongan un comentario para darle su crédito).

La cerVeza en el pastel
No voté por Peña Nieto, ni quiero de regreso al PRI, pero si este copetón decide escuchar a la sociedad y trabajar para ellos, me vale madres y aceptaré con gusto que él habrá sido uno de los mejores presidentes de México… utopías, simples utopías.




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jueves, 13 de septiembre de 2012

Escala de grises tirándole a bandera rojinegra


Foto: Héctor Vivas

Y cuarenta años después de la última legislación en materia laboral, la lucha de los trabajadores –el grueso de los mexicanos en edad para votar- se ha convertido en un chiste que pretende que todo lo que haga el gobierno (del color que sea) está mal, mientras los líderes sindicales son los únicos dueños de la verdad absoluta, capaces –es de soprender- de movilizar a la fuerza trabajadora de base para defender “los intereses del pueblo”, claro, desde la visión magnánima del “gran líder” como Joaquín Gamboa Patrón, Carlos Romero Deschamps o Elba Esther Gordillo.

Algo que es de agradecer es que en todos los niveles políticos y sociales existe el consenso de la necesaria Reforma Laboral, lo realmente feo es que mientras la “clase obrera” (entendida como estos líderes mesiánicos que saben y conocen las necesidades de sus trabajadores pese a llevar años sin ejercer) niega cualquier intento de cambio por parte del poder (esto lo sustento porque, o los líderes sindicales son capaces de leer más de 25 mil palabras por minuto –que no creo- o simplemente la rechazaron de facto –lo más probable-), los políticos oficialistas se encargan en destacar las virtudes mientras los opositores descalifican sin ton ni son las desventajas.

Y ahí tenemos la Reforma Laboral presentada por Felipe Calderón y su contraparte del PRD; sí, difícil de leerlas, cansadas y aburridas, pero necesarias si aspiramos a una democracia auténtica.

Foto: Héctor Vivas
En ambas propuestas noto algunas inconsistencias que atentan contra el trabajador (entendido como el que se chinga mínimo ocho horas diarias para llevar de comer a su familia), pero noto grandes avances contra el sindicalismo charro, contra los líderes corruptos, a favor de una apertura que permita conocer los gastos del sindicato (como organización) que, a mi entender, no es un “ataque a la autonomía sindical” sino una visión “sigloveintiunera” que ya hacía falta.

Lo más molesto de esto son los ataques a dicha Reforma que, en el mejor de los casos, fue leída más no completamente comprendida y que parten de lo arriba expuesto, a mis compañeros del #YoSoy132 les pido, antes de dar un posicionamiento, leer y comprender la reforma puesto que, pese a que hay que evitar a toda costa algunos artículos, en lo general considero que está bien.

La cerVeza en el pastel

El tema del “outsourcing” o subcontratación es un tópico que debe tratarse con pinzas y que merece toda la atención por parte de todos los sectores involucrados, ya que si se aprueba tal como está, se estaría legalizando el trabajo sin seguro social ni de vivienda y que, pese a ser una triste realidad, no se debe permitir su apertura legal.

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