Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó pongan un comentario para darle su crédito). |
La ceremonia del “Grito de Independencia”
del pasado sábado fue una de las más emotivas y catárticas para mí. Un reducido
grupo de alrededor de 20 personas a la cuales hace cinco meses no conocía y que
actualmente considero mis hermanos, nos colamos minutos antes de que Felipe
Calderón saliera a dar su último grito; entramos entonando el himno del
#YoSoy132 y caminamos coreando consignas ya conocidas por todos, nos recibieron
mentadas de madre, aplausos, abucheos y pulgares levantados. Ante las grises
arengas del presidente contestábamos con un grito que salía del alma: “¡Sin
PRI!” y después de las campanadas coreamos, hasta desgañitarnos la garganta
“¡Fraude, fraude, fraude!”, no sé si se escuchó fuera de nuestro grupo, ni sé
si Felipe nos vio, pero la lluvia que nos tenía completamente empapados, la
gente que se unía a nuestros gritos y el hecho de estar con “ellos”, con mis
hermanos me hizo sentir una energía y una esperanza en un mejor futuro.
Hoy, mientras leía las notas sobre lo acontecido,
observé varios comentarios que hablaban sobre la “falta de respeto al país
(¿?)” por parte de quienes gritamos, llevamos pancartas y, sobre todo, de
quienes apuntaron con un láser a la cara del Señor Presidente (con mayúsculas
para que no se ofendan).
En México, la democracia es un
maquiavélico juego donde los únicos que tienen permitido jugarlo son los
políticos; mientras en otros países existen cosas como el referéndum, la
consulta y, lo más importante, la segunda vuelta en las elecciones, Calderón
llegó al poder con menos del 1% de diferencia, para que años después, su
archirrival, Andrés Manuel López Obrador, desdeñara una Reforma Política que
incluía esta cláusula. En las elecciones de este año, tuvimos siete partidos
registrados que contendieron por la presidencia, tres de “izquierda” (PRD, PT y
MC) que iban con Obrador, dos de …mmm… (PRI y PVEM) que compitieron con el
ganador Enrique Peña Nieto, uno conservador (PAN) con la machista Josefina y
uno más “liberal” según la misma definición de su candidato Gabriel Quadri
(Panal) que incurrieron en compra y coacción del voto, cuando menos.
Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó pongan un comentario para darle su crédito). |
Si viviéramos en una verdadera
democracia, el presidente (representante del pueblo que lo “eligió”) debió
haber invalidado las elecciones pues, cuando menos, PRD y PRI compraron votos,
deslegitimizando esta elección, pero el señor Calderón se fue “por la fácil”,
acató el resultado que, a parte, castigo duramente a su partido (por algo será)
y le dio al traste a una democracia que aún no alcanzaba la mayoría de edad.
¿Le faltamos al respeto al presidente?
Quizá sí y quizá esa era la idea de algunos de nosotros, pero, ¿le faltamos al
respeto al país? Claro que no, Felipe le faltó el respeto a sus votantes, a su
gente y a los mexicanos ya que durante seis años hay zonas del país donde la
gente ha tenido que huir de sus hogares por miedo a los enfrentamientos entre
el crimen organizado y los militares; el presidente le ha faltado al respeto
más de 60 mil veces al referirse a los asesinados durante esta guerra como “daños
colaterales” o “pequeños errores”; nos ha faltado al respeto al dejar impune a
la familia de su esposa y a Horcasitas después de la tragedia en la guardería
ABC; nos ha faltado al respeto a presentar, sin discreción alguna (mucho menos
sin juicio) a muchos presuntos narcos que hoy sabemos, sólo el 33.3% recibe
sentencia; El presidente nos ha faltado al respeto al decir que México tiene
una economía fuerte cuando este sexenio el salario mínimo subió menos del 30% y
el precio de la canasta básica creció más del 125%; nos ha faltado al respeto
por cada periodista asesinado, por cada medio atacado, por cada comunicador
amenazado…
Realmente me llena de coraje ver que hay
gente que lo defiende, ideologías aparte, cuando el señor estuvo seis años
viviendo del dinero que yo gano por trabajar y que jamás le haya hecho caso a
las demandas del pueblo, jamás cumplió sus llamados al diálogo y si dicen que
no respetamos al país por no respetar al presidente, pues lamento informarles
que, para mí, los que no respetan ni quieren a su país son ustedes por permitir
que gente como él haga lo que quiera y que además nosotros somos los que les
pagamos, ¡eso sí es una falta de respeto!
"Violencia en Neza" Foto: Tomada de Facebook (si saben quién la tomó pongan un comentario para darle su crédito). |
La cerVeza en el pastel
No voté por Peña Nieto, ni quiero de
regreso al PRI, pero si este copetón decide escuchar a la sociedad y trabajar
para ellos, me vale madres y aceptaré con gusto que él habrá sido uno de los
mejores presidentes de México… utopías, simples utopías.
¡Qué irrespetuosos! by Ari Santillán is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
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